Desde Room 101 de la Secretaría de Extensión de la UTN Facultad Regional Córdoba, tuvimos el privilegio de conversar con un egresado de nuestra casa de estudios que ha sabido fusionar la precisión de la ingeniería con la pasión por la historia y el arte. Daniel Vazquez, ingeniero industrial formado en nuestras aulas, ha trascendido su campo de estudio para convertirse en autor, constructor y curador de la fascinante muestra “Leonardo Da Vinci: Futuros Presentes”. Su trayectoria, marcada por una temprana fascinación por las máquinas y una profunda conexión con el ámbito museológico, lo ha llevado a un proyecto singular: dar vida a las visionarias invenciones de Leonardo da Vinci. En esta nota, exploraremos cómo Daniel, con rigor técnico y sensibilidad creativa, ha logrado reconstruir y presentar al público contemporáneo el legado de un genio renacentista, tendiendo puentes entre siglos y despertando la admiración por la innovación en todas sus épocas.
Room 101: Desde tu formación como ingeniero industrial en la Universidad Tecnológica Nacional, ¿de qué manera influyen los principios de la ingeniería moderna en tu interpretación y construcción de las máquinas de Leonardo Da Vinci? ¿Encontrás paralelismos o contrastes significativos entre el ingenio del Renacimiento y las metodologías actuales de diseño y producción?
Daniel: Mi formación como ingeniero industrial en la UTN FRC me dio herramientas clave para analizar, planificar y ejecutar proyectos con una mirada sistémica y eficiente. Al enfrentarme con los diseños de Leonardo, encuentro un diálogo fascinante entre su pensamiento y los principios de la ingeniería moderna. Por un lado, él trabajaba con una intuición brillante, observando la naturaleza y traduciendo esos patrones en mecanismos. Nosotros, en cambio, contamos con metodologías más estructuradas como el diseño asistido por computadora, simulaciones y procesos de manufactura estandarizados.
Sin embargo, hay un punto en común muy potente: el espíritu de innovación. El Renacimiento y la ingeniería actual comparten el impulso de resolver problemas complejos combinando conocimiento técnico con creatividad. Leonardo anticipó conceptos como la automatización, la aerodinámica, la aceleración de la gravedad o la transmisión de fuerza a través de mecanismos, siglos antes de que fueran formulados científicamente. Eso, a mí, muchas veces me obliga a replantearme la idea de “modernidad” y a reconocer que su ingenio sigue plenamente vigente.
Room 101: ¿Cuál fue el factor determinante que te motivó a dedicarte al estudio y la construcción de las máquinas de Leonardo Da Vinci, y qué desafíos técnicos y conceptuales has encontrado al intentar materializar diseños concebidos hace siglos? ¿Podrías describir algún ejemplo concreto de una dificultad particularmente compleja y la estrategia implementada para su resolución?
Daniel: Siempre sentí una profunda admiración por el pensamiento de Leonardo, por su capacidad de ver más allá de su tiempo. Y también tengo que reconocer la influencia de un gran amigo, a quien considero mi mentor en este camino: Juan Carlos Zampieri. Con el tiempo, y a medida que fui profundizando en el estudio de sus máquinas, lo que me impulsó a dedicarme de lleno a esta tarea fue el deseo de hacer tangible ese legado, de traer al presente esas ideas visionarias y permitir que el público interactúe con ellas.
Particularmente, mostrar a este Leonardo ingeniero o inventor pone en valor una faceta muchas veces desconocida. La mayoría de la gente lo asocia con la pintura, pero mientras dejó unas 15 obras pictóricas, en sus códices hay más de 1.500 bocetos de máquinas y mecanismos. Eso habla de una producción increíblemente rica que merece ser explorada.
Los desafíos, por supuesto, son múltiples. Muchos de sus bocetos no incluyen todas las vistas necesarias, o presentan inconsistencias técnicas propias de su tiempo. Un ejemplo es el tanque de guerra, cuyo sistema de manivelas impediría el movimiento del propio vehículo. Otro caso complejo fue la reconstrucción del “tornillo aéreo”, precursor del helicóptero. Su diseño original no especifica materiales ni proporciones claras, y plantea dudas sobre su factibilidad real. Para resolverlo, combiné análisis estructurales actuales con ensayos de prototipos a escala, respetando siempre la estética y la lógica original, pero adaptando ciertos aspectos para que el funcionamiento sea comprensible y seguro dentro de una muestra interactiva.
Room 101: En tu rol como curador de esta exposición en el Museo de Ciencias Naturales de Córdoba, ¿cuál considerás que es el principal aprendizaje o mensaje que el público debería obtener al interactuar con las réplicas de las máquinas de Da Vinci? ¿De qué manera estimás que estas invenciones históricas pueden inspirar a las nuevas generaciones interesadas en la ciencia, la tecnología y la innovación?
Daniel: Creo que el mensaje más potente que transmite esta muestra es que el conocimiento no tiene fronteras. Leonardo no se limitó a una sola disciplina, y su obra nos invita a pensar de forma integral. Las piezas permiten a las personas experimentar con ideas que nacieron hace más de 500 años, pero que aún despiertan asombro y preguntas.
Para las nuevas generaciones, esto puede ser profundamente inspirador. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, recordar que muchas soluciones actuales tienen raíces antiguas genera un puente entre el pasado y el futuro. Invita a los jóvenes a explorar, a combinar ciencia con arte, a atreverse a pensar distinto. Si logramos sembrar esa semilla de curiosidad y multidisciplinariedad, ya estamos haciendo un aporte importante.
También es clave mostrar cómo, a pesar de trabajar sobre hipótesis o en caminos difíciles de concretar por falta de materiales, recursos o tecnología, Leonardo mantenía una actitud positiva y perseverante. Eso lo llevó a desarrollos increíbles como la máquina voladora, el ala delta, el hidroavión… e incluso, ante la posibilidad de que su hipótesis del vuelo fuera posible, pensó también en el paracaídas. Todo eso puede verse en la muestra, y para mí es un gran testimonio de perseverancia, visión y construcción del conocimiento.
Room 101: Considerando la amplitud de los intereses de Leonardo Da Vinci –arte, ciencia, ingeniería, anatomía–, ¿cómo evaluás la influencia de esta multidisciplinariedad en su capacidad para concebir máquinas tan innovadoras para su época? ¿En tu propio trabajo, percibís que tu formación en ingeniería industrial te proporciona una perspectiva holística similar al abordar estos proyectos?
Daniel: La genialidad de Leonardo radica justamente en su capacidad para conectar mundos. Su conocimiento de la anatomía influía en sus diseños mecánicos, y su sensibilidad artística enriquecía sus planos técnicos. Ese enfoque integrado le permitió innovar de forma única.
En mi caso, como ingeniero industrial, cuento con una formación que también promueve esa visión sistémica. Desde la gestión de recursos hasta el diseño de procesos, pasando por la ergonomía y la eficiencia, nuestra disciplina nos prepara para abordar problemas complejos desde múltiples ángulos. Eso es esencial para recrear las máquinas de Leonardo: no basta con reproducir la forma, hay que comprender la intención, la lógica detrás de cada mecanismo.
Y algo que considero fundamental en mi recorrido fue la experiencia de trabajar en museos durante mi etapa universitaria. Montar exposiciones, manipular esculturas, convivir con el arte… fue una oportunidad poco común para alguien del mundo de la ingeniería. Ese cruce de caminos fue clave para enriquecer mi mirada profesional y para concebir esta muestra con un enfoque interdisciplinario, pedagógico y profundamente humano.
Room 101: Con respecto a futuras investigaciones y construcciones, ¿contemplás la exploración de otras máquinas o invenciones de Leonardo Da Vinci que no se incluyen en la presente muestra? ¿Qué nuevos desafíos o áreas de estudio dentro del legado de Da Vinci te resultan de particular interés, y cómo visualizás la evolución de tu trabajo en los próximos años?
Daniel: Sí, sin dudas. El universo de Da Vinci es inagotable. Actualmente estoy trabajando con mecanismos hidráulicos y volantes de inercia, pero también me interesa mucho el desarrollo de instrumentos de medición y musicales diseñados por él. Lo musical, particularmente, me fascina porque no tengo formación en esa área, lo cual lo convierte en un campo de gran aprendizaje.
También estoy explorando la posibilidad de incorporar tecnologías como realidad aumentada, experiencias inmersitas, audio guías o impresiones 3D para piezas lúdicas, siempre cuidando que no se pierda la esencia renacentista de sus creaciones. Creo que el futuro de este trabajo está en ese punto de encuentro entre lo histórico y lo contemporáneo, entre lo artesanal y lo digital.
Mi idea es seguir desarrollando este tipo de proyectos desde una perspectiva pedagógica, creando espacios que no solo exhiban máquinas, sino que también despierten la creatividad, la reflexión y el deseo de construir conocimiento con las propias manos.